domingo, 3 de marzo de 2024

Ignoto simbolismo: Una clave común entre la cultura tiahuanacota y la cultura chinchorro


El “Monolito Ponce” con la mano ‘invertida’
(Fotografía de Rafael Videla Eissmann, 2020).


Un aspecto simbólico de algunas de las magníficas esculturas antropomorfas de Tiahuanaco, los denominados “Monolito Ponce” y “Monolito Fraile” de la metrópolis de los viracochas, es la característica anatómica de la mano derecha ‘invertida’. Se trata, ciertamente, de una peculiaridad que denota una impronta no humana –sobrenatural–sea de origen natural o artificial. Esta particularidad, debe intuirse, es la expresión precisamente de una naturaleza no común. En este sentido, el hecho que el “Monolito Ponce” y “Monolito El Fraile” presenten esta característica, denota su relación con la tradición de los poderosos viracochas –los wari wira qucha runa–, los hombres-dioses del sustrato civilizador de la América Aborigen.

Ahora bien, una momia de la cultura Chinchorro –de Arica, en el extremo norte de Chile–, perteneciente a la colección del Museo Chileno de Arte Precolombino, posee la misma peculiaridad: La mano derecha ‘invertida’.

De acuerdo a las estimaciones de Arthur Posnansky la antigüedad de Tiahuanaco se remonta a ±15.000 a. C. Para Edmund Kiss, en tanto, la antigüedad de la metrópolis andina se remontaría a más de 30.000 años, enfatizando no obstante manifestado que ni siquiera la Cosmogonía Glacial (1913) de Hans Hörbiger y Philipp puede esclarecer la real antigüedad de Tiahuanaco.

La cultura Chinchorro, por su parte, tiene de acuerdo a los cánones de la arqueología ortodoxa una antigüedad en torno al 7000 a. C., siendo reconocidos como la primera cultura a escala mundial en realizar prácticas de momificación.

El “Monolito El Fraile” con la mano ‘invertida’
(Fotografía de Rafael Videla Eissmann, 2020).

Momia chinchorro con la mano ‘invertida’
(Fotografía de M. K, 2024).


Las interrogantes: ¿Cuál es la real antigüedad de la cultura tiahuanacota y chinchorro? ¿A qué obedece la perpetuación de las imágenes-símbolos de los ancestros –sean las figuras antropomorfas de Tiahuanaco o las momias de Chinchorro–? ¿Cuál es el origen y significado de la ‘mano invertida’? ¿Qué relación hubo entre Tiahuanaco y Chinchorro? ¿Hay otros sustratos culturales que poseyeron esta misma tradición en el mundo prehispánico?

Estas líneas son sólo un primer esbozo de una investigación mayor que permita una comprensión cabal del origen, sentido y proyección de este ignoto simbolismo.

Rafael Videla Eissmann
3 de Marzo de 2024


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).

domingo, 25 de febrero de 2024

Simbolismo trascendental del Irminsul: La memoria cósmica


 
El Irminsul, Eje del Mundo, en las fojas 75 y 76 del Códice de Madrid.


El símbolo del Irminsul, el Eje del Mundo, se encuentra en las fojas 75 y 76 del fabuloso Códice de Madrid, llamado también Códice Tro-Cortesiano del período maya clásico post-tardío pero, indudablemente, originario de una remota tradición polar. Ahí se ha plasmado una concepción espacial del mundo bajo el ordenamiento arquetípico de la tetrapartición ( + ) y en cuyo centro se eleva el Árbol del Mundo, siendo la mismísima representación del Irminsul de los germanos, es decir, un eje que se proyecta en su parte superior en dos ramas o volutas. En su base se encuentra la Gran Pareja Divina, es decir, Ometeótl, la Divinidad Dual –Ompacatotiotzin–.

Apropiadamente, basándose en la sabiduría ancestral de sus informantes, el cronista Fernando de Alva Ixtlilxochitl en el capítulo I de la Historia de la nación chichimeca –obra escrita entre 1610 y 1640–, ha realizado referencia a este símbolo como Quiahutzteotlchicahualiztéotl o Tonacaquáhuitl, que quiere decir “Árbol del Sustento o de la Vida (De Alva Ixtlilxochitl, F. Historia de la nación chichimeca. Página 20).

Un eco simbólico y muy significativo se revela en la cosmogonía del sustrato maya: Hunal Yeh levantó al cielo y lo apoyó con un árbol Wakah Chan, en el centro del universo (…). En un principio se elevó el cielo de las aguas de origen y posteriormente se erigió un árbol de apoyo como el eje central del universo (…). En el centro se encontraba el Wakah Chan, el Gran Árbol Cósmico, que había sido levantado a un año de la creación. Posiblemente correspondía a la Vía Láctea, pero probablemente tenía un aspecto vertical que unía los tres planos del universo, al mundo terrestre en medio, al cielo arriba, y a las aguas de origen abajo del anterior (Eggebrecht, E.; Eggebrecht, A.; Seipel, W. Et al. Maya amaq’: Mundo maya. Página 230).

Una noción semejante fue consignada por el monje benedictino Rudolf von Fulda (Ca. 865) en Von den Wundern des heiligen Alexanders (“De miraculis sancti Alexandri De miraculis sancti Alexandri”) donde señala que Irminsul significa “pilar universal que todo lo sostiene”.

Con propiedad, la antigua raza descendiente de los dioses –en América, Europa, Asia y Polinesia– se refirió a este trascendental símbolo como el Árbol-Columna del Mundo –“Árbol de la Vida”, “Árbol del Conocimiento”– y más apropiadamente, el árbol del Universo, del Tiempo y de la Vida.

Sobre el significado mágico-esotérico del símbolo del Eje o Columna del Mundo, Miguel Serrano ha expresado: IR o ER: Es el nombre hiperbóreo para la Columna, que según la creencia de los griegos y de otros pueblos, sostenía el cielo en el Polo Norte, encajando arriba en la Estrella Polar. Radical del más alto de los Dioses, Irmin. (…) En la leyenda de los mortales se transforma en una Columna. Perdida ya Hiperbórea sus descendientes involucionados, los germanos, adorarán el Árbol Irminsul, con el radical IR, como representación material de esa Columna y también del Poder sobrehumano perdido. En verdad es un culto simbólico de los antepasados divinos polares. La adoración del “Árbol que alcanza el cielo” será llevada a América por el éxodo hiperbóreo, luego por los vikingos (Serrano, M. NOS. El Libro de la Resurrección. Páginas 188 y 189).

Precisando aún más sobre este significado, Serrano ha escrito sobre el Irminsul: [Es] el Árbol que en el culto germánico representa la Columna que en el Polo sostenía el Cielo. Es un fresno. […] En el Sur del Mundo es la Araucaria gigante. En otros sitios es el Ceibo, o Ceiba. También es la Encina Sacra (Donar). A su sombra se reunían en Consejo los Ases. Para los germanos representaba la ascendencia divina y en el Árbol se rendía un culto a los antepasados extraterrestres (Serrano, M. NOS. El Libro de la Resurrección. Página 189).

Se concluye, en suma, que junto a la naturaleza transcendental y polisemántica del símbolo del Gran Árbol a escala global, este preservó la memoria cósmica de los antepasados divinos, de los descendidos del firmamento.

Rafael Videla Eissmann
23 de Febrero de 2024


Bibliografía

Eggebrecht, Eva; Eggebrecht, Arne; Seipel, Wilfried; Grube, Nikolai & Krejci, Estella
Maya amaq’: Mundo maya. Editorial Iximulew. Guatemala, 2001.

Serrano, Miguel
NOS. El Libro de la Resurrección. Editorial Kier. Buenos Aires, 1980.

Videla Eissmann, Rafael
Irminsul. Simbolismo en torno al origen de la raza polar. Ediciones Tierra Polar. Santiago de Chile, 2017.



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Se prohíbe su reproducción).

miércoles, 14 de febrero de 2024

Un símbolo común de la Venezuela prehispánica y del Antiguo Egipto


Símbolo del Eje Polar en el cerro Las Rosas, en Guacara, en el Estado de Carabobo, Venezuela y sobre
la cabeza en una divinidad custodia del corazón de Tut-Enkh-Amón (1334 y 1325 a. C.).

Alrededor de 10.425 km separan a la Venezuela prehispánica (-1492) del Antiguo Egipto. Este marco cronológico cultural es trazado para comprender –o, al menos, para lograr una aproximación– una notabilísima similitud de un símbolo en ambas regiones. Se trata de una manifestación del antiguo conocimiento geográfico de las aperturas polares. En primer lugar, se trata de una inscripción lítica en el cerro Las Rosas, en Guacara, en el Estado de Carabobo, Venezuela: Claramente, se trata de una representación de la Columna o Eje Polar –el Irminsul–, conformando las volutas superiores e inferiores las equivalencias estilizadas de las aperturas polares. Adviértase en la parte central de esta figura el “Sol Central” o “Sol Humante” de la Tierra Hueca de la cual da cuenta la tradición sagrada. En tanto, el símbolo en Egipto se encuentra sobre la cabeza de una de las tres divinidades –hoy en la colección del Egyptian Museum in Cairo– que custodiaban el corazón de Tut-Enkh-Amón, último monarca de su familia real en el final de la dinastía XVIII que gobernó entre 1334 y 1325 a. C.

También aquí se observan las volutas o ‘aperturas’ de ambos polos: Es Nun o el “Cielo”, y Duat, el “Inframundo”.

Por cierto, estas “similitudes” no son coincidencias o casualidades. Véase, en este sentido, el culto a los dioses del firmamento, la concepción de “Hijos del Sol”, el culto al Sol a través del símbolo del Disco Solar, la elongación craneal y las prácticas rituales de momificación y luego, específicamente, la ancestral representación de los “hombres-pájaros” (https://losvikingosenamerica.blogspot.com/2020/06/hombres-pajaros-chile-egipto.html).

¿Cómo explicar estas fundamentales semejanzas? Las claves fueron otorgadas por los sustentadores de la obra de Hans Hörbiger y Philipp Fauth, Cosmogonía Glacial de Hörbiger. Una nueva historia del desarrollo del universo y el sistema solar (“Glazial Kosmogonie. Eine neue Entwicklungsgeschichte des Weltalls und des Sonnensystems” de 1913) como es el caso del gran explorador Edmund Kiss y su observación de las extensas migraciones (Völkerwanderungen) de antiguos sustratos culturales como resultado de las catástrofes cósmicas.

Más allá de la así denominada “historia oficial” se encuentra la historia mítica, es decir, la historia de los dioses y sus portentosas civilizaciones solares.

Rafael Videla Eissmann
5 de Febrero de 2024

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domingo, 28 de enero de 2024

Esquema planetario y las aperturas polares (II)


Adaptación del esquema planetario basado
en una antigua fuente tibetana.


Documento de la Studiengesellschaft für Geisteurgeschichte Deutsches Ahnenerbe (“Sociedad para la Investigación de las Raíces Espirituales de la Herencia Ancestral Alemana”) donde destacan las aperturas polares –cada una de ellas el símbolo del Irminsul o Axis mundi– de la Tierra Hueca (“Hohlwelt”) y apreciaciones de la cosmogonía germánica. Sobre este esquema geográfico Miguel Serrano escribió: La Tierra exterior. La corteza terrestre. Y la Tierra interior, en “sincronismo” con la mitología hiperbórea polar (1982).

Rafael Videla Eissmann
27 de Enero de 2024


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sábado, 27 de enero de 2024

Esquema planetario y las aperturas polares (I)


Esquema planetario basado en una antigua fuente tibetana.


Extraordinario documento de la Studiengesellschaft für Geisteurgeschichte Deutsches Ahnenerbe (“Sociedad para la Investigación de las Raíces Espirituales de la Herencia Ancestral Alemana”) donde se representa la estructura del mundo de acuerdo a una antigua fuente tibetana. Se observa el Sol Central –el “Dios Humeante”– de la Tierra Hueca, del Minche Mapu y las aperturas polares coronadas por el Eje Invisible, es decir, el Irminsul. Esto explica la difusión del símbolo en ambos hemisferios.

Rafael Videla Eissmann
26 de Enero de 2024

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miércoles, 24 de enero de 2024

El Eje del Mundo


El símbolo del Irminsul, el Árbol-Eje del mundo.


El símbolo del Árbol del Mundo es en realidad la figuración gráfica del Eje Polar. Corresponde, de hecho, a la mitad hemisférica septentrional y boreal, constituyendo las características volutas proyectadas en direcciones opuestas la representación de la superficie inmediatamente próxima a los polos, es decir, la figuración de las aperturas polares: El Eje del Mundo –el Irminsul/Yggdrasil– es un símbolo de la representación de la Tierra Hueca.

La cognición de la Tierra Hueca resuena en los legendarios relatos de Agartha, Shambhala y el Rey del Mundo en el eje Tíbet-India, en las tradiciones de los habitantes del inframundo en la montaña sagrada de Untersberg y el Káiser y su Batallón Astral (Wuotis Heer) en Alemania y Austria y del Reino de los Gigantes –la Ciudad de los Césares –los viracochas o Dioses Blancos, en la Patagonia de Chile.

Esquema gráfico de la Tierra Hueca: Las aperturas polares
corresponden al símbolo del Irminsul, el Eje del Mundo.

Esto, pues en cada una de estas regiones se ha preservado el origen polar del hombre, es decir, su aparición desde la tierra: Véase al respecto la obra de Lokmaya Bal Gangadhar Tilak, The Artic Homes in the Vedas. Being Also a New Key to the Interpretation of Many Vedic Texts and Legends (“El Hogar Ártico en los Vedas. Siendo también una nueva clave en la interpretación de muchos textos y leyendas védicas”. 1903) en la que concibe el origen polar ártico de la civilización ario-védica según cálculos astronómicos expuestos en los himnos sánscritos del Rigveda y en Chile, por su parte, el profesor Roberto Rengifo enunció el origen polar antártico del hombre inicialmente en la Sesión General de 29 de Diciembre de 1919 de la Société Scientifique du Chili (Actas de las Sesiones. Sesión General de 29 de Diciembre de 1919. Página XXXVII), concepción expuesta además en Los chiles (1920) –tercera parte de El Secreto de la América Aborigen– y en El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica (1935).

Dos fuentes replican esta cosmovisión: En De origine et situ Germanorum (Ca. 98) Tácito señala sobre los germanos: Yo creería que los germanos tienen su origen en la misma tierra, y que no están mezclados con la venida y hospedaje de otras gentes. Y más abajo, en la misma obra: Celebran [los germanos] en versos antiguos (que es sólo el género de anales y memoria que tienen) un dios llamado Tuiston, nacido de la tierra, y su hijo Manno, de los cuales, dicen, tiene principio la nación.

Un eco tardío de esta misma noción fue expresada por la descendiente de machi Quinturay Raypán de Nueva Imperial, en la Araucanía, en el sur de Chile, al sostener que la raza araucana procede de la tierra –apuntando con su dedo índice de la mano derecha al mapu o tierra– (Conversación personal sostenida con el autor en la ciudad de Santiago de Chile, el día 1º de Marzo de 2005).

A estas fuentes debemos agregar por cierto la ilustración de Chicomoztoc o Lugar de las Siete Cavernas de la tradición mítico-mágico azteca consignada en el códice Historia tolteca-chichimeca del siglo XVI la cual da cuenta de la aparición de los grupos chichimecas hacia Cholula a través de las ‘aperturas’ de una de estas cavernas o ‘salidas’ desde el interior de la tierra y cuya representación es el símbolo del Irminsul o Eje Polar, el Árbol-Mundo.

Inscripción lítica prehispánica en el cerro Las Rosas, en Guacara, en el Estado de Carabobo, Venezuela.
Es la representación de la Columna o Eje Polar, conformando las volutas superiores e inferiores
las equivalencias estilizadas de las aperturas polares. Adviértase en la parte central de esta figura
el “Sol Central” de la Tierra Hueca de la cual da cuenta la tradición sagrada.


Se puede concluir que la presencia y abundancia de esta ideografía sagrada a escala global es una resonancia del origen de la raza polar –los dolicocéfalos– que luego fue difundida por el movimiento de los Caminantes de la Aurora –Völkerwanderung– y luego heredado y preservado por las distintas ramas de los descendientes de este grupo primordial.

Rafael Videla Eissmann
23 de Enero de 2024


Bibliografía

Tilak, Lokmaya Bal Gangadhar
The Artic Homes in the Vedas. Being Also a New Key to the Interpretation of Many Vedic Texts and Legends. Publishers Messrs. Tilak Bros. Gaikwar Wada. Poona City, 1903.

Rengifo, Roberto
El Secreto de la América Aborigen. I. Noticias y comentarios arqueológicos. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1919.
_ El Secreto de la América Aborigen. II. Estractos de Actas de la Sociedad Científica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1920.
_ El Secreto de la América Aborigen. III. Los chiles. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1920.
_ Arte gráfico y poético de los primitivos y los chiles. Impreso en los Talleres de la Empresa Zig-Zag. Santiago de Chile [1920].
_ El Secreto de la América Aborigen. IV. Extractos de Actas de la Sociedad Científica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1921.
_ El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1935.

Videla Eissmann, Rafael
Roberto Rengifo y el Secreto de la América Aborigen. El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica y el origen polar antártico del hombre. Editorial Puerto de Palos. Santiago de Chile, 2007.

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martes, 16 de enero de 2024

El emblema del Irminsul en el Chili Mapu


Izquierda: La sagrada clava del Irminsul del Chili Mapu (Colección del Museo Andino / Fotografía
de Rafael Videla Eissmann, 2019). Derecha: Grabado rupestre del Irminsul en Böhuslan, Suecia.

La clava es un emblema lítico de poder y autoridad de los toki (“líder guerrero”) y de los cinchekona (“líder supremo”) de la inmemorial tradición lituche-araucana.

Su forma tradicional se caracteriza por una parte superior similar a una media luna con la presencia usual de un círculo central y una parte inferior que es básicamente un “puño” o “empuñadura”. La mentada forma de media luna llevó a muchos arqueólogos, etnólogos e investigadores a creer y considerar que la clava es una figuración totémica zoomorfa del loro tricahue (Cyanoliseus patagonus). Sin embargo, este emblema posee una significancia más profunda pues ostenta simbólicamente los astros del cosmos: Se trata de la Luna o Küyen y del Sol o Antü y en ocasiones de la estrella doble de Venus o Yephun-Oiehuen.

Ahora bien, se ha indicado que esta es la forma tradicional pues no es la única. Existen variedades locales y asimismo en sus “motivos” o “diseños”. En este sentido, y haciendo hincapié en El Árbol Sagrado Irminsul, los jurúna amazónicos y el “fin del mundo” (https://losvikingosenamerica.blogspot.com/2022/05/el-arbol-sagrado-irminsul-los-juruna.html) sobre las claves de la tradición indogermana en América del Sur, una excepcional clava comprueba estas aseveraciones –en relación con el origen, significados y proyecciones del símbolo del Árbol Cósmico, véase mi obra Irminsul. Simbolismo en torno al origen de la raza polar (2017)–.

Esta clava presenta las dos volutas o “brazos” torcidas hacia abajo –tal como se observa en numerosas representaciones en Germania y Escandinavia–. En su parte central se observa un disco en sobre-relieve del cual emanan diez rayos grabados de forma triangular –este conjunto posee una doble línea–. El interior de los rayos posee un patrón de líneas cruzadas.

La figura alcanza cerca de 30 cm de alto.

Esta extraordinaria clava pertenece a la colección del Museo Andino de la Fundación Claro Vial.

El disco es en realidad una evocación del Sol Interior o “Sol Humeante”, el Sol del Minche Mapu o “Mundo Subterráneo” –de la Tierra Hueca– y las volutas corresponden a la representación de las aperturas polares –tal como se observa en la ilustración del Chicomoztoc, el “Lugar de las Siete Cavernas” de la tradición mexica-azteca y de la cual surgieron los grupos chichimecas hacia Cholula y donde se pueden advertir las ‘volutas’ características de la Columna Polar-Irminsul como ramas en la ‘apertura’ de una de las cavernas, de acuerdo al códice Historia tolteca-chichimeca del siglo XVI resguardado en la Bibliothèque Nationale de Francia–.

Chicomoztoc, el “Lugar de las Siete Cavernas” de la tradición azteca. Adviértanse las ‘volutas’
características del Irminsul en la ‘apertura’ de una de las cavernas de acuerdo al códice
Historia tolteca-chichimeca (Siglo XVI. Bibliothèque Nationale de Francia).


Ciertamente, este símbolo evidencia la raíz común del sustrato aborigen del Chili Mapu y de Germania.

A la presencia de este símbolo en ambas regiones se debe agregar por cierto la trascendental analogía del Sol-Antü de los lituche-araucanos con la Hakenkreuz o “cruz de ganchos” de los germanos; la presencia en ambas regiones de símbolos rúnicos y por cierto, los “atuendos” mágico-religiosos de la tradición de la Araucanía con aquella de los Buttnmandl del valle de Berchtesgaden.

Este símbolo pertenece a la herencia sacra de los “dioses del firmamento”, los poderosos hówen-pillanes de los chiliche, los “hombres de Chile” y sus descendientes.

Rafael Videla Eissmann
5 de Enero de 2024


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Se prohíbe su reproducción).