viernes, 8 de mayo de 2015

En 1963 se anunció la existencia de un asentamiento vikingo en América, 500 años antes de Colón


 El asentamiento vikingo en L’Anse aux Meadows, en Canadá.


El 5 de Noviembre de 1963 los arqueólogos Helge Ingstad y su esposa Anne Stine Ingstad hicieron público su descubrimiento de asentamientos vikingos en América, en el sitio L’Anse aux Meadows o “Ensenada de las Medusas”, en New Foundland, situado en la punta septentrional de la isla de Terranova, en Canadá.

Los restos encontrados ahí se ubican entre los años 989 y 1020, lo que ubica la llegada de los europeos al Nuevo Mundo casi 500 años antes de que lo hiciera Cristóbal Colón, porque además existen evidencias de que los vikingos antes de llegar a este lugar estuvieron en Groenlandia.

Se cree que el explorador islandés Leif Ericson, hijo segundo de Eric el Rojo, alcanzó la costa de lo que denominó Vinlandia antes del año 1000; de regreso a su lugar de origen describieron el lugar como rico en madera y, por tanto, muy adecuado económicamente para los islandeses, cuya tierra carece prácticamente de árboles.

A principios de 1960, los arqueólogos Helge Ingstad y Anne Stine Ingstad realizaron una búsqueda cerca de las costas de Terranova y Labrador. Ingstad, era un investigador de los pueblos nórdicos, quien había pasado la mayor parte de su carrera estudiando las civilizaciones del nórdicas y del Ártico, y fue el seguimiento de las leyendas sobe exploraciones vikingas de los siglos X y XI, lo que lo llevó a realizar la búsqueda en tierras canadienses.

Helge Ingstad y Anne Stine Ingstad.


En 1961, la exploración dio sus frutos, y los investigadores descubrieron un asentamiento vikingo en L’Anse aux Meadows.

Ahí recuperaron artefactos nórdicos del siglo X, por cientos, que incluía un malacate de de costura y un pin de bronce con anillo, así como otro hierro. Las pruebas de radiocarbono realizadas dataron la ocupación en el sitio entre los años 990-1030 de la era cristiana.

El asentamiento estaba formado por al menos ocho edificios: Tres viviendas, una forja con tecnología de extracción de hierro idéntica a la de los vikingos, un aserradero para abastecer a un astillero y tres almacenes. El mayor de los edificios medía 28,8 m de largo y 15,6 m de ancho, y estaba dividido en varias habitaciones. La construcción era del tipo de las casas de Islandia. Los techos eran estructuras de madera que luego cubrían con hierba.

La ubicación geográfica de L’Anse aux Meadows.


Según la saga, antes de dirigirse a Vinlandia, Eriksson se detuvo en la isla de Baffin para caminar por una costa de nombre Helluland, una antigua palabra nórdica que significa “Piedra de la losa de la tierra”, la cual se ha buscado intensamente en la costa de Terranova, hasta ahora sin resultados.

Álef
5 de Noviembre de 2013

viernes, 1 de mayo de 2015

Fenicios, templarios y vikingos en América



La fama de los fenicios recae en el hecho de que eran excelentes navegantes y su flota era muy avanzada para su época. ¿Es posible que los fenicios hayan llegado a América antes que Cristóbal Colón? 

Esta teoría es parecida a la egipcia, pero en vez de Punt, la extraña y lejana tierra que aparece en sus historias se llama Ofir. 

Según la misma Biblia, Salomón pidió al rey Irma de Tiro que le mandara carpinteros para construir una flota sobre el mar Rojo, así como marinos para llevar esta flota hasta el país de Ofir. ¿Dónde quedaba esta tierra? La localización geográfica de Ofir está exactamente en la misma situación que la tierra de Punt. Ambos países se hallan “lejos, en el sudeste”; el viaje empieza de un puerto en el mar Rojo y dura tres años, entre ida y vuelta, para ambos destinos. 

Los productos de Ofir coinciden en general con los que los egipcios traían de Punt y sus escalas: oro, maderas preciosas, especias, inciensos, esclavos, etc. 

Uno de los datos que indican que los fenicios visitaron América se hayan en la costa peruana, más concretamente en el Templo de Sechim, en el Valle de Casma, donde según los investigadores existen dos naves fenicias en las estelas centrales del templo. 

Un hallazgo más curioso es el del brasileño Bernardo Silva Ramos quien ha recorrido la selva amazónica durante más de veinte años buscando, fotografiando y copiando 2800 inscripciones rupestres, reconociendo la mayor parte de ellas como fenicias y las otras como griegas. 

La conocida como Piedra de Paraiba, descubierta en 1872 y reiteradamente estudiada al presentar caracteres fenicios, parece ser uno de los indicativos que sugieren la llegada de este pueblo, junto a otras numerosas estelas grabadas con signos del mismo alfabeto, del hebreo y también del egipcio. 

450 años a. C., existió en Egipto un emperador llamado Necao II quien contrató a una flota fenicia para que circunnavegara el África. Según Herodoto, la expedición duró tres años y hay quienes proponen que es probable que una de las naves de esta expedición haya sido desviada por la corriente Benguela hasta el Brasil. 


Templarios 

¿Llegaron los templarios a América antes que Colón? Una reciente investigación de José Antonio Hurtado defiende la idea de que una flota mallorquina llegó hasta América unos 150 años antes que Colón, siguiendo la llamada Ruta TyD. Esa visita americana por parte de mallorquines tenía fines comerciales y supuestamente parecen haber indicios de que es la misma ruta que había usado nada más y nada menos que los miembros de la Orden del Templo –mejor conocidos como templarios–. 

Cada vez son más los expertos que opinan que la flota templaria alcanzó América y estableció una ruta comercial secreta que posteriormente les pudo servir para escapar cuando la orden fue perseguida en el año 1307. Algunos grabados con simbología templaria descubiertos en la costa estadounidense de Maine, o en diversos enclaves de Centro y Sudamérica, lo sugieren, así como representaciones de amerindios en monumentos templarios europeos. Se vincula también la riqueza templaria al comercio de plata con los pueblos precolombinos. También hay quienes piensas que estas historias son parte de la mitología en torno a los templarios ya que “su interés estaba en Oriente, Tierra Santa y nunca al oeste”. 


Los vikingos 

Para la mayoría de los que aceptan que Colón no fue el primer extranjero en visitar América, los vikingos son sus candidatos principales. Sin lugar a dudas la teoría vikinga es la que cuenta con mayor probidad y fundamento gracias a los hallazgos y las historias que cuentan las sagas, que no son más que relatos islandeses originados en la Edad Media en los que se haya presente una historia acerca de una tierra llamada Vinland. 

Según los investigadores, la tierra de Vinland no es más que la zona del Golfo de San Lorenzo, Nueva Brunswick y Nueva Escocia en Norteamérica, siendo el área explorada a partir de un asentamiento llamado Leifbundir alrededor del año 1000 en Terranova (hoy Canadá). Este pequeño asentamiento aparentemente no duró mucho, pero su mención en las sagas arrojó la posibilidad de que los vikingos fueran los primeros extraños que se asentaron en América. 

Durante mucho tiempo se creyó que estas historias eran solo una fantasía, pero en 1961 las dudas finalizaron luego del hallazgo de ruinas de arquitectura vikinga en el área de L’Anse-aux-Meadows, en la costa norte de la isla de Terranova. Las dataciones por Carbono 14 indicaron edades en torno al año 1000 lo cual confirmaba la veracidad de la presencia vikinga en América del Norte. Según las mismas sagas, estos asentamientos fueron abandonados debido a la hostilidad de los nativos de aquellas zonas. 

Fuente: Diario Libre (República Dominicana). 15 de Mayo de 2007